El AVE y otras rapaces

Acabo de leer el magnífico informe que Alicante Vivo AC acaba de publicar sobre la conservación de la actual estación de Adif en Alicante. Capitaneados por Rubén Bodewig y con la eficaz y potente colaboración de Pedro Mas y Alacantí de Profit y el resto de AV, el informe es simplemente magnífico. Es magnífico, lo cual no es sorprendente para mí, que ya voy conociendo la pasión, el conocimiento, el rigor, la seriedad, que todos estos amigos ponen en todo lo que hacen. Les felicito por ello.

Magnífico y también demoledor, porque presenta una realidad futura que en nada se diferencia de otras realidades históricas que se han ido presentando y sufriendo en Alicante. Simplemente, una vez más, y en aras del beneficio (en teoría, de la ciudad, en la realidad, de unos pocos) económico y la prosperidad (esa prosperidad a la que tanto gusta recurrir a nuestro Molt Honorable) van a quitarnos parte de nuestro ya exíguo patrimonio, sustituyéndolo por grandes ideas de la innovadora y siempre en vanguardia iniciativa privada: ¡¡¡ un centro comercial !!!!

¿Y por qué pasa esto aquí, en Alicante, la cuarta provincia, en casi todas las magnitudes medibles, de España? ¿Por qué en una de las ciudades históricamente más pujantes de nuestro país? Yo no tengo la respuesta, pero tengo algunos indicios que nos pueden tal vez llevar a la reflexión y a las propuestas de enmienda.

A mí me da que la condición de ciudad de paso de Alicante, donde mucha, mucha gente, viene de fuera, y parte de la misma no acaba de sentirse "de aquí" nunca, más la condición natural de las gentes del mediterráneo, de vivir y dejar vivir, ha dejado históricamente una situación de desarraigo, de no sentir como nuestro lo que es nuestro (de todos, igualmente de los que vienen de fuera, por supuesto). Y si no lo sentimos como nuestro, tanto nos da lo que se haga con ello, salvo que uno viva justo al lado y le afecte directamente.

Además, el alicantino (lo siento, conciudadanos, es lo que pienso) en un contínuo afán por sentirse capitalino, se ha ido convirtiendo en un pueblerino con pretensiones, y hemos confundido las churras con las merinas o el culo con las témporas, y hemos pensado que progreso y prosperidad van de la mano siempre de grandes edificios modernos, de mega estaciones para un metro de juguete, de tiendas caras y de centros comerciales. Yo, y seguro que muchos de vosotros tambien, habréis visto a muchos paisanos nuestros, poco menos que alardeando de cosas tan absolutamente nefastas como el volumen de coches por ciudadano de nuestra capital. Así somos.

Por otro lado, la gente sigue teniendo la sensación de que "nos dan" o "nos quitan" cosas. Y las cosas, no deben dárnoslas o quitárnoslas. Las cosas que se refieren a lo común hay que pedirlas, y luego -casi siempre- exigirlas, y después también volverlas a exigir. Aquí nos quedamos esperando a ver qué nos dan, a ver "qué hacen estos" y a quedarnos con expresiones como "éstos por lo menso hacen algo". No he visto (es cierto que tampoco soy un gran viajero) que pase algo así en parte alguna. Y como consecuencia, el respeto que "éstos" o "aquellos" muestran a los ciudadanos es prácticamente nulo. Para que a uno lo respeten hay que hacerse respetar y esa es una asignatura pendiente en Alicante. Y eso se traduce en la lamentable manera en que se presentan aquí los proyectos ciudadanos, cosa lógica por otro lado, dado lo poco que en general importan.

Y últimamente, en las redes sociales, veo que se instaura el sistema "petición directa" (en algunos casos, ruego, o súplica) a los amables y modernos próceres que directamente y para gran alegría de todos, solucionan problemas que deberían haber solucionado "de oficio". No me gusta este método porque eleva a la categoría de excepcional lo que debe ser pura rutina, que cada uno cumpla con su obligación y punto.

Son muchos frentes los que abro con estas reflexiones, y seguramente no estaremos de acuerdo en casi nada. Pero una cosa tengo clara: con esto no debería pasar lo que pasó con los Silos de San Blas. En aquel emotivo y triste "funeral" yo vi muy buenas vibraciones. Vi gente con ganas, vi conciudadanos motivados y activos. No éramos demasiados, pero tampoco demasiado pocos. Hay que movilizarse, y empezar a hacerlo ya, con este informe en la mano, exigiendo (no rogando, exigiendo) que se explique bien a la ciudadanía el por qué y el por qué no de lo que van a hacer, y poniendo negro sobre blanco la verdad de lo que está pasando. No conozco (ya me gustaría) a todos los miembro de AV, pero a todos los que sí conozco les doy mi confianza y mi apoyo incondicional, en esto y en otras muchas cosas. Pero aunque estos amigos no sean santo de vuestra devoción (que puede pasar) pensad que de lo que se trata aquí es de romper la inercia secular de menfotisme que nos acompaña históricamente y de la que deberíamos olvidarnos para siempre. No hagamos aquello de "¡¡¡ que se joda el capitán que hoy no como rancho !!!"

Acabaré "robando" un eslógan del 15M: "SIN NOSOTROS, NO SON NADA"

Esto no debería acabar aquí, sino más bien empezar. Un abrazo a todos.

2 comentarios:

Rubén Bodewig dijo...

Gracias por tus palabras Diego, es agotador luchar contra molinos, pero estas cosas son las que nos recargan de energía para seguir persiguiendo sueños. Aunque se escapen a más de 350km/h subidos a un AVE, quizá podamos correr más que ellos y atraparlos!

Diego J. Escolano dijo...

Gracias a tí y a los demás, amigo. Todo mi apoyo, que es humilde, pero tota pedra fa paret