El gran empresario habló.

Señor Rosell, y otros tantos que denostan abiertamente todo lo que no suene a privado, y todo lo que no suene a sufrido empresario:

Quiero anticiparle que sí, que tiene usted razón, que a todos los prepotentes y/o incumplidores habría que darles palo y del bueno. A todos, repito. También a todos los empresarios que sistemáticamente incumplen sus obligaciones para con los trabajadores (ya sabe, ese grano en el culo que tiene todo gran empresario, porque no les queda más remedio) y pagan (si es que lo hacen) tarde sus nóminas. Reconozco que no es lo mismo un vago o vaga que se escaquea a la hora del desayuno, que un empresario que juega cada mes con el sustento de multitud de trabajadores. Es mucho peor lo del desayuno, donde va a parar.

También estaremos de acuerdo, porque usted ya lo apunta, en que a veces hay que aumentar la presión fiscal. Mire, a mi se me ocurre, sin embargo, otra cosa mejor aún: convenza a todos esos colegas suyos que defraudan al fisco, invierten en SICAV, tienen a parte (o toda) su plantilla trabajando en negro, dilapidan en vaya usted a saber qué la pasta y luego recurren al dinero del estado para solventar sus barrabasadas, etc. Convénzales, digo, de que se comporten como nos comportamos los trabajadores (ya sabe, ese grano en el culo que tiene todo gran empresario), quienes -aunque solo sea porque nos tienen controlados- cumplimos religiosamente nuestras obligaciones, y quizás, y solo quizás, tampoco habría que incrementar demasiado la presión. Porque, querido señor Rosell, casi un 30% de fraude fiscal es mucho dinero que por su omisión pagamos todos, es mucho dinero PÚBLICO para cubrir farras privadas.

Señor Rosell, muchos no entienden que usted represente a los empresarios de este país. Tampoco entendían que lo hiciera su antecesor. No es mi caso. Yo no solo lo entiendo sino que veo en usted al empresario típico. Una persona que no es que vaya tras un sueño, en esa imagen idílica que pretenden vendernos quienes también empiezan a llamarles a ustedes "emprendedores" en lugar de "empresarios", o como a mí me gustaría que se les llamara "patronos", o como a ustedes les gustaría que se les considerara "amos". Ustedes no van trás un sueño, hombre, no me vengan con esas ahora. Ustedes van, como ha sido siempre, tras el máximo beneficio con la mínima inversión. Y a ustedes les preocupa una higa la situación del país, de la empresa pública, de los parados o de sus propios empleados si no es porque cuando estas cosas no van como a ustedes les conviene sus beneficios bajan. Por tanto, usted con sus manifestaciones acerca de los empleados públicos, y acerca de los parados y estudiantes, no hace sino manifestar el sentir de todos estos empresarios de chicha y nabo que nos rodean y mandan.

Y si, señor Rosell, claro que hay empleados públicos incumplidores y prepotentes, como también (parece que no tantos, por cierto) personas que se apuntan al paro porque sí. Pero, señor mío, mientras a ustedes no les avergüence ese casi 30% de fraude, mientras no sientan remordimientos por pretender que sus trabajadores (ese grano en el culo, ya sabe) acabado trabajando "a la china", mientras no se larguen por piernas de este, su querido país (¿quiza debería decir "patria"?) a buscar lugares donde las condiciones políticas y sociales sean, digamos, más amigables para el empresario y más explotadoras para el trabajador. Mientras sigan haciendo todo eso y (se me olvidaba) esgriman cobardemente a los trabajadores autónomos y pequeños empresarios (de los que ni saben, ni quieren saber nada) como argumentos para defender sus propuestas, mientras hagan todo eso, y no se les caiga la cara de vergüenza, háganos el favor de callarse un rato, so listo!!!!

Una última reflexión que me gusta repetir en este Blog: SIN NOSOTROS, EN TANTO QUE CONSUMIDORES DE SUS PRODUCTOS, TRABAJADORES DE SUS EMPRESAS O SUBVENCIONADORES DE SUS MÚLTIPLES ERRORES Y FALTAS EMPRESARIALES, USTEDES NO SON NADA

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