Sindicatos, gracias por estar



Acabo de escuchar en la tele que en algunas manifestaciones contra la reforma constitucional, promovidas -entre otras muchas organizaciones- por los sindicatos, se les ha boicoteado y se les ha increpado con frases tan ingeniosas (dignas, por otra parte, de los preclaros cerebros de los indignados), como "sindicatos, gracias por venir...tarde.




Es lógico que sea así. Estas personas, que con toda probabilidad estuvieron ahí, al tajo, en las huelgas generales de la democracia, que han sido unas cuantas, detrayendo de sus ingresos el coste de las mismas, o haciendo pellas en el cole, en el insti, en la uni (y no, por supuesto, cagados de miedo por si les echaban de sus empresas, o exigiendo -indignados, claro- el derecho a trabajar ese día, o descojonados de la risa de los problemas de los currelas, mientras le daban caña al loro del Hyunda coupé, o mirando con el resentimiento de quien es un cobarde hacia los que no lo son el paso de las manifestaciones), tiene toda la altura moral para decirles eso y más.


Esta gente, con conciencia de clase, que ha cotizado diez, veinte, treinta años en un sindicato, que ha peleado en su empresa por conseguir un convenio digno, que se ha preocupado por formarse lo suficiente para poder negociar cara a cara con el patrono...(cara a cara, no gritando como uno más del rebaño, CARA A CARA) por un salario de mierda, que se ha dejado las pestañas, la cara y el pecho día a día escuchando a sus compañeros de trabajo, que se ha implicado por que sí, porque así debe de ser, y no ha estado cuchicheando a hurtadillas, criticando a espaldas de la gente, escaqueándose de todo lo que suene a participar, no soltando ni un mísero euro y luego lloriqueando y quejándose de que los sindicatos no solucionan sus problemas tiene todo el derecho a decirles eso y más.

Esos, tienen derecho. Esos tiene la altura moral. El resto, no

Estos que se sigan cagados ante todo lo que suene a conflicto, que sigan preguntándose para que sirven los sindicatos, que sigan negociando uno a uno con sus empresas, que así sacarán seguro mucho más, que sigan exigiendo su derecho a trabajar cuando los trabajadores hagamos huelga, que sigan con sus rabietas y sus eslóganes, escudados en una masa que al primer movimiento en positivo de su tarjeta de crédito le darán la espalda, que llegarán lejos.

Tan lejos como estamos gracias a su inacción, tan lejos como llegaremos gracias a su colaboracionismo implícito con los poderes fácticos que se frotan las manos ante la desaparición más que probable de las organizaciones de trabajadores...

Tan lejos que espero no verlos desde aquí. Un saludo, luchadores

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