Paco

Una de las cosas (y no son pocas) que más me gustan de mi amigo Paco es su capacidad de ilusionarse día a día, y de contagiarte ilusión y optimismo, por más que uno se empecine en lo contrario. Empezó su trabajo en Canal 9 con un entusiasmo desbordante, contagioso. Era lo que él -sin duda alguna- quería. Trabajar en radio/televisión, comunicar, contribuir como pudiera a (como quizás él diría) "fer País". Y para eso se había preparado concienzudamente.

Paco cree firmemente en el País Valenciano, se ilusiona con él día a día. Y, más que nadie a quién yo conozca, quiere a su tierra,  ama a Alicante. Mucho, y muy profundamente. Y la conoce desde muchos, muchísimos, aspectos. Cuando éramos unos chavales, fue él quien me contagió ese amor por lo nuestro, por nuestra historia, por nuestras cosas, que aun mantengo. Paco, y de esto estoy seguro, quiere infinitamente más a Alicante que todos esos mamertos que en la Romería de la Santa Faz, a la par que lo insultaban por ser de Canal 9 y dejar de lado a Alicante, pensaban que la Santa Faz es una virgen, o una santa, o una que se yo, o el nombre en valenciano de los carritos de supermercado.

Paco ama mucho más a su tierra, y conoce y ha mamado más sus fiestas que esos foguerers de "mata cagá" que lo han despreciado por los mismos motivos, y que creen -por ejemplo- que la "banyá" es algo de toda la vida, o que las mascletás en Luceros son algo ancestral. Y Paco es mucho, pero mucho, más nacionalista, y más alicantinista que infinidad de mastuerzos que en realidad no saben -estad seguros- por qué son lo que dicen ser, ni que significado tiene lo que hacen o lo que dicen. Paco ha aguantado eso apretando los puños y los dientes, tragando saliva y sin perder un gramo ni de su empuje ni de su ilusión. Y eso, todo ese desprecio, no viene desde que empezó la terrible manipulación del PP en RTVV.  Eso viene desde que Alicante es Alicante y Valencia es Valencia. Y de eso, de ese complejo de inferioridad, mezclado con el menfotisme más casposo, no tiene la culpa quién carece de ellos. Allá cada cual con sus porquerías

En la cabeza de Paco conviven proyectos de ciudad y de país, alternativas a los trazados del tram, ideas culturales, políticas, recuperación de espacios, ilusión por su tierra, por su ciudad, por los suyos. Por lo suyo. Por lo nuestro. En el talante de Paco sobresale la comprensión, la tolerancia, el interés por entender la postura del adversario, la facilidad para ponerse en la piel del otro. La bonhomía. La bondad.

Porque si tuviera que definirlo con una palabra, esa palabra sería bueno. Ni más ni menos. Paco es un hombre bueno. No hay demasiados así, estad seguros de ello.

Y ha sufrido, qué duda cabe, y ha tenido que agachar la cabeza también, ante un futuro laboral siempre -siempre- incierto, y sin embargo siempre -siempre, hasta en los peores momentos- ilusionante para él, y para cualquiera que permaneciera a su lado más de cinco minutos. Porque es así, qué se le va a hacer. Es una virtud saber sacar punta hasta de los peores momentos, saber reír hasta cuando lo que procede es ciscarse en la progenitora de alguien, saber callar. Y también, porque hay que comer cada día (es un mal vicio que tenemos) saber -qué remedio- esperar a que la cosa amaine, o el viento cambie.

La tarde en que se anunció que los ponían a todos en la calle, me comentaba con una rabia que no era dificil detectar, que al día siguiente le iba a tocar cubrir la visita de Fabra a Alicante. Había mucha carga emocional cuando me lo comentaba. Mucha rabia, mucha decepción, mucho dolor. Esa carga, y todo lo que os acabo de contar es lo que yo veo en su cara. Porque Paco, no se si os lo había dicho, es el periodista de Radio Nou que señala con su micrófono y su humanidad a Fabra en esta -ya famosa- foto.

Foto: Agencia EFE
Por estas cosas, y por unas cuantas más que no se escribir, pero que captaríais si nos vierais juntos un rato, Paco es una de las pocas personas a las que admiro de verdad, cosa muy dificil en mí. No hace demasiado, y no recuerdo por qué, hablábamos de él, y yo dije lo que pienso y siento: Paco, para mí, es indiscutible. El es nacionalista, yo no. El es del Barça, yo del Madrid. Y habrá más cosas que nos distingan. Aún así, y quizás por eso, es indiscutible. Y él,  con todo ese bagaje, con esa ilusión, con ese empuje, con esas iniciativas, es para mí Canal 9. Y por eso porque es mi amigo, y porque se que no puede ser el único en esa casa con esa ilusión, con esa profesionalidad, con esa valentía; que hay muchos más, por eso estoy de su lado. Del lado de Paco, de los trabajadores de RTVV, de quienes creen en ese proyecto que a todos debería ilusionarnos...

...Del lado de los buenos


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